terça-feira, janeiro 24, 2012

Cataluña y País Vasco gastan 2,4 millones en sus sedes de Madrid




Diz a jornalista TATIANA G. RIVAS do ABC que “ya son dos las delegaciones autonómicas cerradas en Madrid: la del Principado de Asturias y la de Valencia. Una medida que han tomado sus gobiernos para paliar el desfase de las cuentas. No solo subastan sus inmuebles (situados en el distrito de Chamberí, donde el metro cuadrado vale 4.460 euros), sino que dejarán de destinar un presupuesto anual importante a su mantenimiento. Otras delegaciones se mantendrán, aunque el déficit público de las Comunidades Autónomas represente el 1,2% del PIB nacional, o lo que es lo mismo, suponga un desequilibrio fiscal de cerca de 13 millones de euros. Sus representantes argumentan que esa presencia es fundamental en la capital para garantizar los intereses de su región y que el gasto resulta acorde con las actividades que realizan. Para ello es necesaria una partida que, en algunos casos, llega a los 1,4 millones de euros anuales; más comedidos, destinan 25.000. De las delegaciones que han facilitado su presupuesto —no lo ha hecho Andalucía, acusada por el PP de cometer irregularidades en la financiación de sus sedes en Madrid y Bruselas—, la de la Generalitat de Cataluña es la que tiene mayor presupuesto. Su Ejecutivo destina a este capítulo 1.400.000 euros anuales, de los que el 70 por ciento es para la sede, mientras que el centro cultural de Blanquerna se lleva el resto. «La Generalitat tiene que estar en Madrid. Las instituciones fundamentales están en la capital. Cataluña tiene 7,5 millones de habitantes y un volumen de negocio que genera el 20% del PIB nacional. Ya hemos reducido el 60% del gasto. En eso no nos pueden dar lecciones a los catalanes. En cuanto a las “embajadas” en el extranjero: el Estado tiene demasiadas ocupaciones como para defender lo que le interesa a cada región», señala el delegado de Cataluña en Madrid, Jordi Casas, en su despacho de Alcalá, 44. En esta oficina, de algo más de 200 metros cuadrados, trabajan 19 personas y según Casas la contención del gasto del Gobierno catalán ha obligado a una reducción de la plantilla. Otra de las oficinas más caras es la del País Vasco, con un presupuesto de un millón de euros al año. En esa dependencia trabajan cinco personas que están centradas en asuntos políticos. No organiza actividad cultural alguna: «Hay otras instituciones para ello», especifica la delegada vasca, Irune Aguirrezabal, que asegura ser partidaria «de acabar con duplicidades e ineficacias. Hay que aprovechar el momento de crisis por el que pasamos para eliminar las unidades administrativas que no se necesiten. En el extranjero, por ejemplo, es suprimible. Lo puede asumir la embajada». Hace hincapié en que su delegación «es necesaria y su gasto, mínimo».
«Apago la luz para ahorrar»
Desde la Casa de Galicia señalan que el presupuesto de 2011 es un 30 por ciento menor que el año anterior, hasta alcanzar los 440.000 euros. En 2009, era de 620.000, si bien en ninguno de los dos casos se incluyen los gastos de personal. Allí trabajan 25 personas. Solo el delegado tiene un sueldo anual de 55.000 euros. José Ramón Ónega, su representante, opina que la cuestión está «en si se exagera el gasto. Aquí tampoco hay muchos porque la casa la pagó Manuel Fraga en 1992. Solo calefacción, luz, financieros, limpieza y seguridad. Para ahorrar voy apagando las luces. Por lo demás, no se pueden suprimir más gastos. Es como si le quitas a un cojo el bastón. La institución no funcionaría bien y somos una referencia en Madrid».

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