
Cataluña es el segundo territorio con mayor déficit fiscal del Estado
A partir de ahí, la Generalitat da un salto con el que no todos los partidos y académicos están de acuerdo: para reducir el déficit fiscal de Cataluña basta con cambiar de modelo de financiación. Los detractores de esa teoría sostienen que el saldo fiscal es la diferencia entre lo que la Administración central aporta en un territorio a través de los impuestos y lo que luego gasta en esa comunidad. Y ahí, recuerdan, no solo interviene el modelo financiación, sino también la inversión en infraestructuras, la financiación local o las prestaciones sociales. Las últimas balanzas fiscales elaboradas por el Gobierno central, publicadas en 2008, correspondían al ejercicio 2005. Se calcularon de acuerdo con dos métodos: el de flujo monetario, que imputa los gastos del Estado en la comunidad donde se realizan —por ejemplo, una estación del AVE en Zaragoza debe computar allí por la actividad comercial que genera en la zona—, y el de carga-beneficio, que trata de medir el impacto del sector público en el bienestar de los residentes de un territorio —es decir, esa estación no solo beneficia a Zaragoza, sino que forma parte de una infraestructura que usan ciudadanos de varias comunidades—. Con el primer método, Cataluña era en 2005 la segunda comunidad con mayor déficit —detrás de Baleares—, del 8,7% del producto interior bruto (PIB), mientras que el segundo arrojaba un déficit del 6,55% del PIB, solo inferior al de Madrid y Baleares. Si bien el Gobierno central no ha seguido publicando las balanzas fiscales, la Generalitat sí lo ha hecho. El Departamento de Economía, dirigido por Andreu Mas-Colell, estimó el déficit fiscal de 2009 en 16.409 millones de euros, de acuerdo con el método del flujo monetario y eliminando el efecto crisis, lo cual no le ahorró críticas del PSC y el PP. Siempre según los datos del Gobierno catalán, sin eliminar el impacto de la crisis, el saldo fiscal sería de un déficit de 791 millones, el 0,4% del PIB, lo cual se explica sobre todo por el aumento de las prestaciones de desempleo que destina el Estado a ciudadanos catalanes. El método de carga-beneficio sin neutralizar incluso arrojaba un superávit de 4.015 millones, correspondiente al 2,1% del PIB. El Ejecutivo catalán, sin embargo, prefirió obviar ese método. Y eso que la serie histórica elaborada por los sucesivos ejecutivos de Cataluña no hace variar demasiado los resultados y arroja un déficit fiscal medio del 8% en el periodo comprendido entre 1986 y 2009. Todas esas cifras, sin embargo, son vistas con recelo por el Ministerio de Hacienda, que también rechaza otros argumentos de CiU, como el que reza que la subida de impuestos supondrá que siga creciendo el déficit fiscal. Es más, el ministro Cristóbal Montoro ha despachado las reclamaciones de Mas afeando a la Generalitat que el Gobierno está ayudando a Cataluña a financiarse.
La Generalitat dice que aporta 16.500 millones más de lo que recibe
El Ejecutivo de CiU, no obstante, exhibe todos esos datos cuando, asfixiado por la deuda, ha pedido el rescate al Gobierno. En un momento de tensión social, la formación nacionalista se ha empleado a fondo para que cale el mensaje de que sin déficit fiscal no habría recortes sociales. Por ello, trató de plantear el 11 de septiembre como una jornada para apoyar su propuesta de pacto fiscal, apoyada por ERC e ICV en el Parlament, que tiene como fin hacerse con la “llave de la caja” de los impuestos".
Sem comentários:
Enviar um comentário