domingo, janeiro 12, 2014

Un Benelux sin primeras damas



"Según Wikipedia, los tres países que constituyen el Benelux han tenido siempre una relación muy estrecha durante el curso de la historia. Casi prieta, dirían algunos. Lo que nació como unión aduanera tienen visos de convertirse en un pequeño lobby gay centroeuropeo. El pasado mes de diciembre, Xavier Bettel, homosexual sin reparos a la hora de hablar de su condición sexual, se convirtió en jefe de gobierno del Gran Ducado. Antes que él también salió del armario el primer ministro de Bélgica, el francófono de padres italianos Elio Di Rupo. El tercer máximo mandatario de la tríada que conforma el Benelux, Mark Rutte, tampoco tiene una primera dama holandesa a la que presentar en sus recepciones oficiales, aunque prefiere guardar silencio sobre lo que ocurre en su alcoba. Si diera el paso, el mejor ejemplo de cómo salir del armario como político es el de Di Rupo. El primer ministro belga era, hasta el reciente nombramiento de Bettel, el único jefe de gobierno gay europeo con el permiso de la premier islandesa, Jóhanna Siguroardóttir, que ya no está en el cargo pero que siempre podrá decir que fue la primera líder lesbiana de Europa.Di Rupo, con su eterna sonrisa y sempiterna pajarita sobrepasa ya los 60 años y puede presumir de ser un ejemplo de naturalidad en una arena, la política, donde revelar la vida íntima no siempre ayuda a ganar votos. Químico de profesión, ha ocupado todo tipo de cargos políticos desde que en 1982 fuera elegido concejal de Mons, en el sur del país.

Bien valorado

Asumió el cargo de jefe de gobierno belga en 2011 tras la mayor crisis política en el país de las últimas décadas. Un duro reto. Sin embargo hoy en día es un hombre bien valorado por la opinión pública aunque su gusto por departir en los locales de ambiente del centro de Bruselas con hombres ostensiblemente más jóvenes que él le haya traído algún que otro problema a lo largo de los años. En 1996, en un clima tenso en el país por el juicio al pedófilo Marc Dutroux, el joven prostituto Olivier Trusgnach declaró haber mantenido relaciones con él cuando todavía era menor a cambio de dinero. Ese episodio que podría haber significado el final de su carrera política. Di Rupo lo negó tajantemente y proclamó su homosexualidad abiertamente para no tener que dar más explicaciones en el futuro sobre la ausencia de ninguna mujer a su lado. En octubre de 2012 protagonizó un momento mucho más simpático y agradable cuando le tocó presentar un premio en una gala en la televisión flamenca. Una transexual, Nancy, le plantó un beso en los morros en directo. Di Rupo fue el primero en reírle la gracia. Su naturalidad casi quitó fuerza a la imagen, que en cualquier otro país hubiese sido la más vista y repetida del año. Una imagen que probablemente sí escandalizó a la reina Fabiola, que nunca se ha pronunciado sobre Di Rupo, aunque teniendo en cuenta su fervor católico seguramente no le hará gracia coincidir con él en actos oficiales. El último la coronación de Felipe de Bélgica el pasado 21 de julio.

Di Rupo se define como: «Ateo, racionalista y hombre libre» y así vive. «Soy gay. ¿Y qué?» es una de sus frases más célebres. Di Rupo podría casarse en Bélgica con alguien de su mismo sexo, pero eso no parece muy probable a juzgar por sus constantes salidas nocturnas y cambios de pareja. La única relación formal del socialista es con la política y con su país, una amante convulsa por la difícil convivencia entre flamencos y francófonos. A Di Rupo sus 62 años no le parecen suficientes para sentar la cabeza y aún hoy cerca de la sede de la Bolsa de Bruselas, a pocos metros de la bucólica y céntrica Grand Place, tiene un pequeño piso donde dormir los fines de semana cerca de sus locales preferidos. A su residencia oficial no entran ligues.

Soltero de oro

En la vecina Holanda, el liberal Mark Rutte (46 ños) deja por el contrario su tendencia sexual para él y los suyos. El Gaydar de los bulos de internet saca humo, pero también la prensa holandesa le ha buscado novias. En un página web con mucha retranca incluso se puede votar si es gay o no. Hasta ayer esta consulta sin ninguna credibilidad otorgaba un 67% al sí. Fuera rumores, lo cierto es que no se le conoce ninguna pareja de ningún género. La oposición ha hecho chistes malintencionados sobre el hecho que Rutte viva solo, se provea de los tuppers maternos y elija a su progenitora como acompañante para sus escapadas vacacionales. Hace unos meses el atrevido periodista holandés Onno Van Buuren se atrevió a decir públicamente que muchos holandeses en petit comité dan por hecho que Rutte es gay. Van Buuren tachó a su primer ministro de «hipócrita» por pertenecer al partido liberal y en cambio no hablar de su orientación sexual. ¿Pero como uno no va a salir del armario en un país tan liberal como Holanda?, dijeron muchos sin que les falte razón.Aunque los Países Bajos es también el país donde triunfa el partido del antimusulmán y xenófobo de Geert Wilders, el Partido por la Libertad, con el que de hecho Rutte ha tenido que pactar apoyos de gobierno en el pasado. Sea como sea, a más de uno y de una le gustaría hacer compañía adulta al que Vanity Fair USA calificó el año pasado como uno de los más elegante líderes mundiales y quien es un nombre fijo de las listas de solteros de oro. A algún que otro evento institucional representando a los Países Bajos, Rutte se ha llevado al a reina Máxima de acompañante. Aunque fluye la complicidad entre ambos, parece que a Guillermo Alejandro ese tándem nunca le ha despertado el menor rastro de celos.

Un buen equipo

El tercer líder de la tríada, Xavier Bettel (40 años), no juega al despiste. Ocupa la Maison de Ville del Gran Ducado de Luxemburgo con su pareja desde hace unos años, el rubísimo arquitecto Destenay Gauthier. Después de 19 años de gobierno del conservador y burócrata europeo Jean-Claude Juncker, ellos ocupan el lecho presidencial. El propio Bettel ha interpretado su sorprendente victoria electoral como una modernización de la tradicional sociedad luxemburguesa. «Luxemburgo está cambiando. La gente no considera el hecho de si alguien es gay o no para confiarle su voto». Además, asegura que pidió consejo a su pareja antes de aceptar el cargo. «Trato de estar en casa tan a menudo como me es posible por la noche, porque somos un equipo, pero las obligaciones de un primer ministro harán que tenga que viajar muy a menudo.El día siguiente a las elecciones le pregunté si podía formar gobierno y si me apoyaría. Si hubiera dicho que no, me lo habría pensado dos veces... ¡No quiero romper una relación!». Pero Bettel no es el únicio gay del nuevo gobierno de coalición luxemburgués. Etienne Schneider, el vice, de 42 años y líder del partido Socialista de Luxemburgo, también prefiere a Céline Dion que a Julio Iglesias y ha declarado abiertamente su homosexualidad. Una situación inaudita en todo el mundo que los dos puestos de mayor rango en el gobierno de un país los ocupen dos gays (al menos declarados)" (texto do El Mundo, com a devida vénia)