Diz o ABC que “hasta
ahora, eran varias las fuentes que afirmaban que Gabrielle Chanel –más conocida
a ojos de la historia como «Coco Chanel»- había colaborado activamente con el
régimen de Hitler. Sin embargo, la televisión pública francesa («France 3») fue
hace dos días un paso más allá al emitir un reportaje en el que se afirmaba que
la diseñadora era realmente una espía nazi que trabajó a las órdenes de la
«Abwehr» (la agencia de inteligencia y contrainteligencia del régimen). Según
afirman varios diarios internacionales como el «Clarín», el largometraje
mantiene la teoría de que la francesa fue una colaboracionista. Con todo, esta
es una idea en la que ya había ahondado el escritor y periodista estadounidense
Hal Vaughan quien, en 2011, publicó un libro llamado «Durmiendo con el enemigo:
La Guerra Secreta de Coco Chanel» en el que señalaba que la joven tenía un
fuerte pasado antisemita y que, incluso, llegó a llevar a cabo varias misiones
de espionaje en España. En este caso, el documental emitido por la cadena
francesa señala que, en plena Segunda Guerra Mundial, el número de agente de
Coco era el F–7124 y su nombre en clave «Westminster» (el cual habría adquirido
en referencia a su antiguo amante, el duque de Westminster, uno de los hombres
más rico de las islas). Llamado «L'Ombre d'un doute» («La sombra de la duda» en
su traducción al castellano) los datos usados para llevarlo a cabo fueron
hallados, siempre en palabras de los responsables de la película, en varios
archivos ubicados en el ministerio de Defensa Francés. Estos, según los
investigadores, demuestran que la diseñadora «fue reclutada por la inteligencia
alemana».
La presunta verdad
Según explica el historiador Franck Ferrand –también
director del documental-, Coco Chanel viajó a Paris en 1940, donde se acomodó
en el hotel Ritz (en esos momentos, uno de los edificios tomado y utilizado por
los soldados alemanes). Allí, la diseñadora no tardó en entablar amistad con
todo tipo de oficiales de Hitler, a los que pronto les quedó claro el
antisemitismo y la homofobia de la mujer. Posteriormente, la francesa inició
una aventura con el barón Hans Gunther von Dincklage –un alto cargo de la
Gestapo-. Éste la habría «reclutado» a cambio de ventajas para la venta de sus
productos. En palabras del «Clarín», entre las diferentes misiones realizadas
por la francesa se destacó la que llevó a cabo en España. Por estos lares,
concretamente, trató de contactar con emisarios británicos en 1943 para ofrecer
a Winston Churchill (a quién ya había conocido a través del duque de
Westminster anteriormente) en nombre de Alemania un alto el fuego provisional.
La petición, al parecer, nunca fue respondida por parte del premier británico”