segunda-feira, janeiro 26, 2015

Jeff Greene, el multimillonario que nos exige vivir con más austeridad

Segundo o ABC, "más de 40 jefes de Estado, 2.500 empresarios y un centenar de multimillonarios y celebridades se reunieron la semana pasada en Davos para alertarnos de la gravedad de problemas como la creciente desigualad social y el calentamiento global. Por cierto, la Fuerza Aérea Suiza estima que 1.700 aviones privados cargados de dióxido de carbono aterrizaron durante esos días en la pequeña ciudad helvética para que líderes y plutócratas de los cinco continentes pudieran llegar a tiempo a las mesas redondas sobre crisis medioambiental que dominaron esta edición del Foro Económico Mundial. El magnate inmobiliario Jeff Greene fue uno de esos 1.700 poderosos que llegaron a Davos en «jet» privado -la hora de vuelo cuesta entre 10.000 y 13.000 euros- para pedirle a las clases medias que se aprieten un poco más el cinturón si cabe. «Las expectativas del estadounidense promedio son demasiado altas y necesitan ajustarse. Debemos tener menos cosas y una existencia mejor pero también más pequeña», dijo el empresario a Bloomberg News, añadiendo que hay que «reinventar toda nuestra forma de vida». «La economía está metida en serios problemas. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos», reconoció Greene en el Foro Económico Mundial, donde además acudió a varias fiestas, incluida una cena con el ex primer ministro británico Tony Blair. «La gente necesita tener menos cosas en su vida», concluyó el empresario de 60 años.
El club del 1 por ciento
La última persona que uno espera que hable de frugalidad es Greene. Vivir en una de las casas privadas más grandes de Estados Unidos (una mansión de casi 5.000 metros cuadrados en Beverly Hills valorada en 168 millones de euros) no es precisamente un ejemplo de moderación. Además, dispone de otras propiedades en Malibú, Palm Beach y los Hamptons y, según la revista «Forbes», cuenta con una fortuna de 3.000 millones de dólares (unos 2.600 millones de euros) amasada a golpe de esas hipotecas de alto riesgo que hundieron el mercado inmobiliario estadounidense en 2008. Su prédica de austerida no ha sido bien recibida por la opinión pública americana. «Greene no parece estar viviendo según sus propias recomendaciones. Aterrizó en Davos en avión privado junto a su esposa, Mei Sze Chan, sus hijos y dos niñeras», señala el periodista de «Vanity Fair» Kia Makarechi. «Se requieren muchas agallas para reclamar las virtudes de una existencia más humilde mientras se practica la extravagancia al por mayor», escribió el editor de «The Denver Post», uno de los periódicos más leídos en el Medio Oeste de EE.UU. Según Bloomberg, ahora Greene planea organizar una conferencia en Palm Beach bajo el lema «Cerrar la brecha» para discutir posibles soluciones al drama de la creciente desigualdad entre ricos y pobres. La iniciativa coincide con el informe de Oxfam publicado hace unos días que revela que el 1 por ciento de las personas más acaudaladas del mundo controlan el 50 por ciento de la riqueza global. Greene es parte de ese 1 por ciento de súper ricos (ocupa el puesto 687 de la lista de los más pudientes de «Forbes»). Y espera que el otro 99 por ciento aprenda a ser más feliz con menos. Mucho menos"