"Una decisión injusta y arbitraria. Es el calificativo que han utilizado la mayoría de los consejeros autonómicos después de conocer que el Gobierno no piensa ceder. Los objetivos de déficit se quedan como están: en el 0,3% en 2016, en el 0,1% en 2017 y cero en 2018. Muchos de ellos, además, no entienden por qué la mejora de la economía sí permite bajar los impuestos pero no dar más margen a las comunidades autónomas, cuando son ellas las que soportan un mayor gasto de servicios públicos como educación, sanidad o dependencia. Una reflexión -por tantos compartida- que encalla en el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y es que el ministro prefirió cambiar la oración por pasiva y aprovechó esta tesis para cargar contra aquellos gobiernos "a los que no les gusta nada que bajemos impuestos". El político jaenense dice comprender que haya quien rechace, critique o califique como electoralistas estas medidas, "pero es la política del Gobierno y la vamos a seguir haciendo en la medida en la que el escenario económico lo permita", afirmaba ayer en rueda de prensa con mucha tranquilidad. Tan relajado estaba el titular de Hacienda que sorprendió a los periodistas allí presentes con un corrillo improvisado en el que no faltaron bromas por parte del ministro. Montoro descartó que la bajada de impuestos tenga que ver con que las elecciones generales estén a la vuelta de la esquina: "La economía está funcionando" y punto. En esta línea, el ministro intentó convencer a los presentes de que en el primer encuentro con los flamantes nuevos inquilinos de las comunidades autónomas no ha habido otra cosa que "un ambiente muy normal" y un diálogo correcto. Nada de tensiones. Eso sí, dejó claro que les recordó que hay que cumplir con el objetivo de déficit y aseguró que el Gobierno se va a encargar de que lo hagan.
A tenor de los sufragios, las negociaciones no fueron fáciles. La medida se aprobó en segunda ronda de votaciones y con el rechazo rotundo de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Canarias, Cataluña, Andalucía, Aragón, Extremadura, Baleares y Asturias. "Íbamos a necesitar una doble vuelta por descontado (...) Basta con que cambie el signo de los gobiernos para que no sumen", dijo el número uno de Hacienda.
En su primer cara a cara con Montoro tras el 24-M, los consejeros autonómicos le reprocharon un reparto de déficit cuyo peso recae sobre todo en las comunidades autónomas, a lo que el ministro responde que "el mayor esfuerzo corresponde a la administración central".
Estabilidad presupuestaria, una prioridad
Montoro también aprovechó para sacar pecho y destacar que España ahora está en un escenario mucho más favorable que el año pasado. Porque, ¿qué pasa si no se cumple? "Quienes pregonan que no hay que cumplir con la estabilidad presupuestaria, miren lo que provocan", advirtió con el ojo puesto en Grecia. Aunque las comunidades autónomas no disimularon su enfado tanto a la entrada como a la salida de la reunión, Montoro se mostró tranquilo porque está convencido de que todas apuestan por la estabilidad presupuestaria: "Es positivo que los nuevos gobiernos estén comprometidos con este principio (...) me parece esencial, la discrepancia radica en cuantificar los objetivos de déficit", o dicho de otra manera, "en unas décimas arriba o abajo" (El Confidencial)
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